Ante la inminente reducción de presupuestos, se va a obligar a replantear, a repensar, a analizar, a ser crítico y a quedarse solamente con los proyectos que van a dar los mejores resultados, que van a ayudar a conseguir las metas comerciales. Si lo vemos desde otro punto de vista, puede ser que esto, más que una nueva restricción, sea un gran favor, te están dando un nuevo par de lentes con la graduación exacta, para ver las cosas distintas, desde otro ángulo, para que veas mejor.
Llegar a los mismos resultados pero con menos presupuesto. Este es el reto que actualmente enfrentan muchas organizaciones. Imaginemos por un momento que esta crisis financiera no estuviera afectando. Lo más probable es que los filtros usados para decidir los proyectos en los que estamos basando la estrategia del 2009, hubieran sido más laxos. La agudeza del análisis, las preguntas fuertes y los cuestionamientos hubieran tenido otra intención y otra necesidad. Aquellos proyectos o elementos que descartaremos, seguramente quedarán fuera debido a que no creamos que sean los que mejor resultado nos van a dar, eliminaremos aquello que no tenga una prioridad, aquello que no estemos seguros que va a sumar.
Exactamente la misma situación se va a vivir en millones de hogares en todo el estado, el país y el mundo. Nos estamos replanteando los presupuestos familiares, los proyectos, el gasto, y cada decisión la estamos haciendo con un nuevo paradigma: la incertidumbre de cuánto va a valer nuestro dinero, la amenaza del alza en las tasas de interés y en algunos casos hasta con miedo. En cada peso que se gaste, el consumidor estará buscando el máximo valor posible como retorno.
No es tiempo de reaccionar, es tiempo de analizar. No es tiempo de asumir, es tiempo de indagar. No es tiempo de retroceder, es tiempo de atacar, de jugar ofensivo de ser desobedientes y buscar tomar posiciones en el mercado, que bajo condiciones normales sería mucho más complicado y para un pensamiento tradicional imposible.
Tal vez parezca arriesgado, pero vamos a darnos la oportunidad en estas poco más de 3 mil palabras de plantearnos la posibilidad de un escenario distinto para 2009. ¿Listos? Una de las primeras tentaciones en este 2009 va a ser resolver todo con la variable precio, y no es del todo errada esta primera suposición, sin embargo es fácil ver esta foto incompleta y reaccionar solamente. Para saber cómo podemos maximizar el uso de este elemento, lo primero que debemos de entender es que el precio, es una variable que refleja el intercambio de valor, y el que determina el valor de la ecuación es el cliente. Por lo tanto más que nunca debemos de conocer lo que es valor para el cliente, y de aquí derivaremos la más importante estrategia para redescubrir su marketing: Salir de safari y acercarse a entender a su cliente.
No importa cuál sea su industria, turismo, automotriz, entretenimiento, alimento, energía, si actualmente las ventas van funcionando o no, si es B2C o es B2B, ó si usted cree que la empresa va funcionando. Es prioritario conocer cómo define valor su cliente, que están esperando de su producto o servicio y que atributos determinan su decisión. La pregunta que puede cambiar el rumbo para su empresa el 2009, es ¿cuál va a ser el dolor más grande que va a tener su cliente y que sus productos y servicios deben de curar? Para llegar a esto, no se puede solamente mirar por encima, hay que ir profundo, pero si es capaz de reconocer y entender cuál es este dolor, habrá dado el primer gran paso para lograr redefinir el rumbo de su empresa, su marketing.
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